Hacía mucho frío en una noche de invierno, como otro viernes cualquiera pensé en quedar con un amigo, pero esa noche tenía un presentimiento de que algo malo iba a ocurrir, no había absolutamente nadie en la calle. Estaba solitaria debido al gran frío que hacía, salimos y nos montamos en el coche, encendimos el calefactor para estar calentitos. Decidimos ir a un pueblo cercano para ver si había gente o algo abierto pero no hubo éxito, seguimos dando vueltas y nada, no era nuestro día. Decidimos aparcar y ponernos a charlar pero había algo raro en mí que no me dejaba estar tranquilo, pasaron las horas y el enorme frío no cesaba. En una de las conversaciones me di cuenta que una luz se encendió de una casa abandonada, asustado se lo dije a mi amigo, los dos perplejicos ante tal situación decidimos irnos y no darle gran importancia, cuando llegue a casa era bastante tarde y me fui a dormir pero mientras dormía noté que una luz se encendía, me imaginé lo peor pero al salir vi que era mi he
Comentarios
Publicar un comentario